
Podría parecer que ya está todo dicho sobre la arqueología de la Guerra Civil en Madrid. El intenso trabajo de campo que desde hace años vienen realizando numerosas personas y asociaciones, entre ellas GEFREMA, peinando prácticamente metro a metro los frentes de batalla, puede hacernos pensar que la mayoría de restos que se conservan, sobre todo los que destacan por su tamaño o singularidad constructiva, han sido ya descubiertos y catalogados. Sin embargo en ocasiones tras un intenso trabajo de investigación y documentación, y otras circunstancias a veces ajenas a nuestra voluntad, salta la sorpresa y aparece un resto arqueológico desconocido hasta ese momento, como me ha ocurrido hace menos de un mes, cuando el desmantelamiento de una explotación ganadera ha dejado a la luz los restos de un fortín de extraordinario tamaño y una novedosa singularidad constructiva, que me atrevería a afirmar que se trata de un ejemplar único en la Comunidad de Madrid, y posiblemente en toda España, por sus características.





En el año 2013 comienzo las investigaciones tras conocer la existencia del fortín en el término de Alcorcón, dentro de los terrenos ocupados por un pastor y su rebaño. Una vez localizado por fotografías aéreas modernas, se cotejó con las correspondientes imágenes de fechas anteriores a esta ocupación, apareciendo perfectamente visible una estructura aislada y de respetable tamaño que podría corresponder a una fortificación militar. La imposibilidad de visitarlo para recabar más datos hicieron pasar los años dejando aparcadas las investigaciones hasta que el abandono de dicho lugar por parte del pastor permitió un primer estudio in situ.

Antes de los años 80 se encontraba sin aparente ocupación, después se integrará en las instalaciones agrícolas. Imágenes aérea 1975

Al poco tiempo localizo con el mismo método otro dos fortines dentro del mismo entorno de la carretera de Extremadura que desaparecieron al comienzo de este siglo. Su aparente similitud, basada en los pocos datos que tenemos, los diferencian del resto de fortificaciones hasta ahora conocidas.
En una primera parte se hará una exposición de las localizaciones y posibles similitudes de las tres obras en cuestión, seguido de los resultados de un primer estudio de la fortificación existente que sirva para dar a conocer, proteger y poner en valor esta obra que a diferencia de otras se encuentra en perfecto estado de conservación y por su envergadura significa un valor añadido al ahora reconocido derecho de protección del patrimonio arqueológico de la Guerra Civil.
La localización de estos tres elementos comienza por los ya desaparecidos fortín 1 y 2 situados más al sur, seguido por el que perdura en la actualidad numerado como fortín 3. Sobre plano topográfico 1966-70 de la Comunidad de Madrid en los que quedaron plasmadas dichas fortificaciones, se comparan con imágenes aéreas modernas del año 2014 y topográfico actual.







Contextualizar será más complicado de lo que puede parecer a primera vista ya que las investigaciones sobre las fortificaciones que rodean Madrid y quedaron fuera de la posterior línea del frente están cargadas de incógnitas pese a lo avanzado ya en algunos casos.
Esta nueva aportación vendrá a ampliar el conocimiento y quizás a desvelar parte de este enigma que envuelve a estas fortificaciones de la Guerra Civil.
Gracias al información aportada por Jacinto Arévalo publicada en la revista Frente de Madrid nº 12 de Abril de 2008, cuya lectura se hace imprescindible para contextualizar este trabajo, se localiza la fortificación situada junto a la actual estación de cercanías Las Retamas (fortín 1), con esto como única información, además de conocerse su orientación sur, lógica al dar frente a la vía del antiguo ferrocarril de Almorox. Una vez localizado y comprobado su desaparición se revisa la zona entre las dos fortificaciones ya localizadas en busca de más relacionada con estas, descubriendo otro de igual apariencia entre media de ambos emplazado junto a la carretera de Los Pantanos M-501 (fortín 2), cerca de su confluencia con la de Extremadura, orientado hacia el oeste. Más al norte y algo más adelantado, orientado al oeste-suroeste y batiendo también la M-501 desde el otro lado y más alejado de esta.
En un principio este tipo de obras podrían incluirse en las fortificaciones del cinturón de Madrid que faltaban por localizar por el suroeste de la capital. Tendremos que diferenciar dentro de las mismas las que tras el ataque a Madrid entre noviembre del 36 y enero del 37 quedaron en territorio franquista y las que quedaron en terreno republicano. Las que fueron terminadas y las que quedaron inconclusas, otras fueron aprovechadas, reutilizadas y posiblemente algunas adaptadas y finalizadas por el bando contrario.
El emplazamiento estratégico dentro de su retaguardia pudo ser aprovechado posteriormente.

Tal podría ser el caso de estas tres fortificaciones o al menos de la que existe todavía y es motivo del presente estudio. Su tipología es única y todo apunta que en él está la clave y por tanto el debate abierto al interesante estudio sobre las fortificaciones de la G.C.
Una de las percepciones tras verificar la diferencia de esta fortificación con el resto de las existentes, fue a su vez la similitud que conservaba con otras conocidas y cercanas relativamente.
Por el sur de las mismas contamos con dos casos que obedecen a la característica de construirse por parejas, Getafe y Leganés, ambos sin finalizar. Al lado contrario entre Pozuelo y Aravaca contamos con varias parejas de fortines de iguales características pero estos están acabados. Todos ellos dentro de terreno ocupado por el ejército franquista.
Curiosamente la diferencia de estas tres últimas fortificaciones encontradas, o al menos en la que se conserva, esta en la nueva conformación que se les da a estos fortines por pareja, uniéndose y utilizando el espacio central como otro fortín, es decir convirtiéndose en un nido de ametralladoras o fusilería con tres habitáculos independientes, adosados y con tres troneras.


Mapas topográfico 1980, todavía en pie quedan reflejados.




La similitud apreciada por los mapas topográficos y foto aérea entre las tres construcciones es evidente.


Parejas de fortines en el Cerro los Gamos, Pozuelo, donde las medidas y formas son similares.
Así lo demuestra la coincidencia de medidas entre estas fortificaciones y la construcción de este último que delata los añadidos posteriores, el estudio más profundo sólo posible tras labores de limpieza dará con más apreciaciones. En su solera, cimentación y cubierta pueden estar las respuestas a muchas de las incógnitas.¿Fue terminado por los que lo diseñaron?, ¿cuando fue construido? , ¿cuando finalizado?, ¿existen otros casos como este?
Me atrevo a pensar, conforme se amplían las informaciones, que al menos esta nueva fortificación se finaliza y adapta posteriormente como defensa de este nudo de comunicaciones y posible ataque de retaguardia como el fracasado intento de Brunete. Por otro lado el testimonio de un vecino del lugar podría sostener esta teoría ya que afirma que su padre trabajó en esta fortificación acarreando arena desde la estación y que esto ocurrió entre finales de 1938 y principios del año 1939.
Abierto queda el debate, teorías e hipótesis que independientemente de su derrotero nos ha de llevar a la necesidad de conservar nuestro patrimonio y darlo a conocer para que no ocurra como otras fortificaciones, algunas innecesariamente borradas de la historia y del paisaje que nos acompaña.
Agradecer la colaboración a los miembros de GEFREMA que sin ellos no hubiera sido posible este trabajo, en particular a mis compañeros Roberto Martín, José Antonio Zarza y Eugenio González.
Guillermo Poza Madera.
Enero 2017